Obito
otra comedia policial de Javier Daulte
nota en diario RIO NEGRO 16/05/14
TEATRO
Estrena "Óbito" de Daulte en Neuquén
La obra de Javier Daulte sale a escena hoy bajo la dirección y puesta en escena de Gustavo Lioy
"Óbito: defunción, fallecimiento, muerte,
perecimiento", dice la definición. Lo cierto es que Óbito es, también,
una obra de Javier Daulte que pondrá en escena y dirigirá Gustavo Lioy.
El estreno, que estaba previsto para enero y no se pudo concretar por
razones de salud de una de las actrices, será nacional y tendrá lugar
hoy, a las 22, en el teatro El Arrimadero (Misiones 234).
Tras el estreno, la obra permanecerá en cartel todos los viernes de mayo y junio.
"Es una comedia policial, esa es la descripción de la obra", aseguró sintetizando, sin dudar, Mariana Corral, una de las protagonistas de la obra en la que también actúan Silvana Feliziani, Beto Mansilla y Matías Palacio.
"Se trata de una organización secreta que realiza trabajos, pueden extorsiones, pueden ser amenazas, pueden ser ejecuciones y todo se cocina en esta oficina", agregó Corral señalando una oficina ochentosa montada sobre el escenario.
A su tiempo el director acotó "de lo que habla la obra es de la maldad como institución, un empresa que se dedica a hacer maldades, que pueden ser crímenes, chantajes, arruinar vidas ajenas, todo por contrato. Pero se mencionan algunas cuestiones a lo largo de la obra que dan a pensar que esta empresa también tienen fondos que son del Estado, que no sólo es una empresa privada".
Ésta empresa al estilo de la serie "Los simuladores" pero malos, tuvo su esplendor en los años '70. Ya para fines de los '80, principios de los '90 -momento en el que transcurre la historia- la organización está en decadencia. Más aún con la llegada de un supuesto cliente a la oficina. Es que el contacto con los clientes no era algo que estuviera contemplado dentro de la estructura de funcionamiento.
"A partir de la llegada de esta persona que entra a la oficina, se desencadena una serie de fallas en el sistema que generan los mismos personajes. Entonces este sistema que es perfecto, que funciona ideal, empieza a mostrar errores y a partir de esos errores es que se desencadena todo lo que sucede en la obra", detalló Lioy.
La parte de comedia de la obra se basa en el tono cómico y la estética de los personajes y el registro de actuación que es llevado "muy arriba".
Al respecto el director de la obra remarcó "Hay todo una parafernalia, una estructura, pero éstos personajes son muy básicos en sus planteos. Hay un hipocondríaco, hay una que es obsesiva y ciclotímica, uno que está en vías de jubilarse y es un fracasado y una paranoica, son cuatro personajes muy extremos que manejan vidas humanas. Eso es por ahí lo más absurdo que tiene la obra".
(Agencia Neuquén).-
Tras el estreno, la obra permanecerá en cartel todos los viernes de mayo y junio.
"Es una comedia policial, esa es la descripción de la obra", aseguró sintetizando, sin dudar, Mariana Corral, una de las protagonistas de la obra en la que también actúan Silvana Feliziani, Beto Mansilla y Matías Palacio.
"Se trata de una organización secreta que realiza trabajos, pueden extorsiones, pueden ser amenazas, pueden ser ejecuciones y todo se cocina en esta oficina", agregó Corral señalando una oficina ochentosa montada sobre el escenario.
A su tiempo el director acotó "de lo que habla la obra es de la maldad como institución, un empresa que se dedica a hacer maldades, que pueden ser crímenes, chantajes, arruinar vidas ajenas, todo por contrato. Pero se mencionan algunas cuestiones a lo largo de la obra que dan a pensar que esta empresa también tienen fondos que son del Estado, que no sólo es una empresa privada".
Ésta empresa al estilo de la serie "Los simuladores" pero malos, tuvo su esplendor en los años '70. Ya para fines de los '80, principios de los '90 -momento en el que transcurre la historia- la organización está en decadencia. Más aún con la llegada de un supuesto cliente a la oficina. Es que el contacto con los clientes no era algo que estuviera contemplado dentro de la estructura de funcionamiento.
"A partir de la llegada de esta persona que entra a la oficina, se desencadena una serie de fallas en el sistema que generan los mismos personajes. Entonces este sistema que es perfecto, que funciona ideal, empieza a mostrar errores y a partir de esos errores es que se desencadena todo lo que sucede en la obra", detalló Lioy.
La parte de comedia de la obra se basa en el tono cómico y la estética de los personajes y el registro de actuación que es llevado "muy arriba".
Al respecto el director de la obra remarcó "Hay todo una parafernalia, una estructura, pero éstos personajes son muy básicos en sus planteos. Hay un hipocondríaco, hay una que es obsesiva y ciclotímica, uno que está en vías de jubilarse y es un fracasado y una paranoica, son cuatro personajes muy extremos que manejan vidas humanas. Eso es por ahí lo más absurdo que tiene la obra".
(Agencia Neuquén).-
Nota LM NEUQUEN 13/5/14
Asesinos a sueldo retratan la maldad
La obra “Óbito”, de Javier Daulte, se estrena el viernes
Neuquén
En una sociedad en la que todo tiene precio, una empresa que se dedique a asesinar por plata no parece cosa de otro planeta. Pero cuando la maldad aflora contra la vida de los otros, demuestra los defectos de la condición humana.
En la obra “Óbito”, el dramaturgo Javier Daulte enreda a los muertos con sus asesinos, y da forma a una comedia policial que entretiene y cuestiona. Con dirección de Gustavo Lioy, hace su estreno en El Arrimadero (Misiones 234) el viernes a las 22.
Por un malentendido
El elenco está compuesto por Mariana Corral Arrastúa, Silvana Feliziani, Ramón Mansilla y Matías Palacio, quienes pondrán en escena lo que sucede en una empresa de asesinos a sueldo. En ella un desajuste en el sistema genera un malentendido que puede terminar con la corporación.
Los actores y el director comenzaron a trabajar en la obra en septiembre del año pasado. Y si bien el estreno se había anunciado para enero, por un inconveniente debieron postergarlo hasta ahora.
Raúl Mansilla, en días de su primer lanzamiento, contó: “Trata de una empresa que lleva 20 años funcionando. Empieza a decaer cuando ocurre un malentendido, y deciden matar a uno de los directivos”.
Se trata de una comedia de enredos, en la que no se sabe quién es la víctima, el asesino, e incluso estos roles van rotando: “Es teatro negro, con la estructura del policial y el ritmo de la comedia. Uno contrata la empresa, paga, y ellos le organizan el crimen perfecto”, explicó Lioy.
Según el elenco, la obra está muy bien escrita y tiene una estructura accesible para todo público: “Pero también tiene una serie de vericuetos que exigen prestar atención y atar cabos a medida que nos divertimos”, sostuvo el director.
Siempre vigente
“Óbito” se estrenó en 1995 en el Teatro Nacional Cervantes, con dirección de Jaime Kogan, en una puesta de teatro leído. En 1997 se hizo en el Teatro de Agadu de Montevideo (Uruguay), pero, según el director, en el país es la primera vez que se pone sobre las tablas a través de la actuación.
Gustavo Lioy contó que es una de las primeras obras de larga duración del dramaturgo, y a pesar de ser tan vieja, mantiene actualidad. Para él: “La maldad como institución es un concepto fuerte. Muestra cómo termina siendo estúpida”.
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